Hacía tanto calor en Santander al mediodía, que los Raqueros se soltaron de los anclajes del muelle y se lanzaron al mar. |
La gente, ensimismada y agobiada por la canícula, no se percató del fenómeno, y los niños disfrutaron de un día de playa sin el agobio de los turistas que los fotografían estáticos a todas horas. |